La situación económica actual exige a todas las familias ahorrar lo máximo posible en su día a día. De hecho, desde 2007, cada año se ha ido reduciendo el gasto medio por hogar, y la partida dedicada a los productos de limpieza no ha sido una excepción. A esto se añade la subida del IVA, que ha disminuido el poder adquisitivo general. Sin embargo, siguiendo unos sencillos consejos como los siguientes se puede ahorrar bastante dinero en la compra de los útiles de limpieza:
– Planificar qué se necesita adquirir. En muchas ocasiones, no tener preparado un listado de los productos que se desean, provoca que se mire uno por uno cada artículo del catálogo o de la tienda. Aquí entra en juego la improvisación, y esto hace que se acaben comprando algunos que no son necesarios, mientras que se olvidan otros que sí lo son.
– Comprar productos en mayores cantidades permite abaratar costes. Quien utiliza siempre el mismo friegasuelos, por ejemplo, no tiene por qué comprar los botes de uno en uno. Puede adquirir varias unidades de una sola vez, aprovechando el mismo porte o accediendo a importantes descuentos.
– Aprovechar las ofertas. Antes de realizar la compra, es importante observar detenidamente cuáles son las ofertas, los productos de ocasión o en stock. Como dice el refrán, ‘quien busca, encuentra’, por lo que detenerse para realizar un barrido concienzudo puede permitir ahorrar una buena cantidad de dinero.
– Valorar la calidad. Puede darse el caso de que un producto ofrecido en una tienda sea extremadamente barato, pero que no cumpla con las expectativas del cliente y este finalmente tenga que deshacerse de él e ir a buscar otro, con lo que acaba gastando más dinero. Por eso, es importante fijarse en la información sobre ese artículo y en los componentes que contiene, para saber si de verdad va a ser útil para el propósito planteado.
– Comprar directamente al fabricante. Desde que un producto sale de la fábrica hasta que llega a la tienda, pasa por varios intermediarios que lo van encareciendo. Sin embargo, acudir directamente hacia el productor permite al consumidor final saltarse esta cadena, con el consiguiente ahorro económico que supone.
– Mantener una cierta regularidad. Es mucho más fácil y barato limpiar un poco todos los días, que esperar para hacer ese trabajo de forma intensiva cada cierto tiempo, lo que conlleva un mayor gasto en materiales debido a que la suciedad se resiste más.
– No derrochar el dinero en artículos con características superfluas. Es muy normal dejarse llevar por un producto que atesora una serie de propiedades novedosas pero que, por ello, es bastante más caro. Por este motivo, es bueno preguntarse si realmente eso es necesario para la labor que se va a realizar.
Aún existen muchos más trucos para ahorrar dinero en la compra de productos de limpieza, por lo que pueden completar esta lista escribiendo en el espacio reservado para enviar los comentarios, o bien en las redes sociales de Clim Profesional. En cualquier caso, las que se acaban de exponer podrían resumirse en una sola: obtener la máxima eficacia de los recursos económicos de los que se dispone.