Consejos para limpiar los cristales: Que la lluvia no te frene
Una de las cosas que no podemos controlar es el tiempo meteorológico, y cuando llueve no hay más remedio que ver el agua caer. La lluvia suele mojar los cristales de casa, de nuestra empresa o de nuestro coche dejando marcas al secarse.
Limpiar los cristales con lluvia: ¿Qué ventaja tiene?
El cristal es un material que, dado su origen, deja visible cualquier mancha o rastro de polvo, salpicaduras, gotas secas, huellas…
Cuando limpiamos los cristales en un día soleado, el calor y el sol ayudan a que el agua o producto limpiacristales se evapore con mayor rapidez, dejando surcos o manchas de las pasadas de la bayeta.
Sin embargo, si limpiamos los cristales en los días lluviosos o nublados, tenemos la ventaja que el producto limpiacristales se secará poco a poco, con el aire, y no dejará ni rastro de las pasadas de la bayeta. Por lo tanto, el resultado es visisblemente más impecable.
¿Conoces los pasos para limpiar correctamente los cristales?
- Primero debemos limpiar el marco de la ventana, sea de casa o de nuestro coche, para que después no suelte suciedad y vuelva de nuevo al cristal. Para ello usamos un paño húmedo bien escurrido.
- Ahora pasamos a la mezcla mágica limpiacristales: ¡agua con un poco de vinagre! Aplicaremos esta mezcla a los cristales con una bayeta y haciendo círculos sobre la superficie.
Tras limpiarlos, la clave para no dejar ningún rastro es el secado. Lo mejor es usar bayetas de microfibra o papel de periódico, cualquier material de limpieza que no suelte pelusas o partículas. - Y por último y si muy importante: ¡el truco final! Debemos intentar siempre dejar la ventana secarse sin que le de directamente el sol, pues el calor hará que se evapore más rápido el agua y dejará marcas.
¡Que la lluvia no pueda con tus cristales!